En mi vida he sido lo que se conoce como un "cuerpo danone". Tal vez en algunas épocas he estado cerca de tener forma del tarro de cristal de los yoghures, lo que se conoce como cuerpo de pera, más nunca he parecido un modelo. Por esta razón me extraña que mucha gente que hace tiempo que no he visto dedique sus primeros segundos de conversación conmigo a recordarme los kilos que he cogido...
Es cierto que he tenido épocas mejores, pero también las he tenido peores. De hecho, cuando tenía unos 9 años iba camino de ganar algún concurso de comer perritos calientes o de tener que comprar dos entradas para ir a ver una película al cine. Pero ese tiempo pasó, y si pienso en lo que pude llegar a ser, me siento muy feliz de estar como estoy y de hacer lo que hice.
Mi sonrisa perpetua y mi predisposición para el cachondeo y la broma camuflan lo duro que es vivir entre auténticos dietistas del Natur House, que se dirigen hacia mí con comentarios tan simpáticos como "Nos alimentamos bien, eh..." o "Ostia, como has engordado".
Mi educación, juntamente con la lástima que me dan los pobres desgraciados que cuando me miran solo son capaces de ver mis michelines, evitan que responda de forma hostil a esas lindeces. En vez de eso, sonrío, con mueca digna de anuncio de Profident, y sigo mi camino, tratando que sus necedades no afecten a este horondo saco de simpatía.
Muchos son los que pretenden ofender, pero pocos los que pueden. Por eso, misters y misses de Mallorca que me propináis ostias en forma de muslo de pollo, os dedico un afectuoso y caluroso... ¡Qué os jodan!
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario