Puede que lo haya heredado de mi padre, o puede que sea porque me toca bastante los cojones, pero ahora, en verano, un nuevo virus me ataca de forma masiva, y no encuentro vacuna para calmar las ganas de matar que me produce: los tocones...
Sí, sabéis quienes son. Me refiero a esa gente que no concibe una conversación sin contacto físico. Moscas cojoneras con escaso capacidad dialéctica y con una grave necesidad de que las mires cuando las escuchas.
Es aquella gente que necesita girarte la cara con su mano si se te ocurre girar un milisegundo la cabeza mientras ellos hablan, son aquellos individuos que ansían cogerte por el cuello para saludarte (siempre con educación: "qué pasa cabronazoooo!!!" o "qué hijoputa, como has engordado mamón"), y son aquellos engendros que, cuando te dan la mano, aprovechan tu indefensión para pegarte pequeñas ostias en la faz a modo de saludo simpaticón, aunque a la mayoría de nosotros nos dé bastante por culo.
Por eso, desde aquí grito: ¡¡¡QUE NO ME TOQUÉIS, JODER!!!
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