sábado, 23 de mayo de 2009

EL HOLOCAUSTO CATALÁN





Aquí estamos, mi familia y yo, encerrados en el desván de nuestra vieja y demacrada casa en la bélica isla de Mallorca. Los nacionalistas han pasado todo el fin de semana organizando su estrategia entre porros, perros y flautas en el Acampallengua y nos tienen completamente rodeados. Nos van a encontrar, lo sé.

Advertí miles de veces a mis allegados roedores que hablar en castellano, aunque fuera en la intimidad, no era recomendable...

Los oigo maullar, están fuera de la casa. Hacen mención a un campo de concentración en Dachau, Girona. Creo que nos quieren recluir allí.


Llevamos dos semanas comiendo jamón y bebiendo gazpacho, manjares que quedaron prohibidos por considerarse anticatalanistas hace unos meses. El nuevo Govern así lo promulgó y, además, extendió la prohibición a otros símbolos españolistas como los toros (especie animal que fue extinguida en apenas unos meses), las sevillanas (que pasaron a llamarse las Sardanas de l'Eixample) y, sobre todo, la "rojigualda" (de la que solo se conservan algunas réplicas que serán quemadas en público en el próximo Día de la República Catalana junto a algunos retratos del exiliado Juan Carlos de Borbón).

Han entrado en casa. Están en la cocina. Llevan armas. Son muchos y alimentados con butifarras. ¿Qué vamos a hacer? Y todo por negarnos a matricular a mi sobrino en un colegio donde la enseñanza era obligatoriamente en catalán. Nosotros solo queríamos que fuese bilingüe, que supiese hablar las dos lenguas con la misma soltura.


Desde el exilio "charnego" de l'Hospitalet, muchos de los andaluces que allí residían han acabado afincados en Mallorca, donde el Turismo nos permitía hablar en otras lenguas que no fuesen únicamente el catalán. Eso se acabó cuando el Govern de la República Catalana comenzó a asediar lugares como El Arenal o Magalluf, quemando locales, apaleando a los empresarios extranjeros y repoblando la zona con los hijos y nietos del President Josep Lluís Carod-Rovira y la Vicepresidenta Carme Chacón.


Nos han encontrado!!!!! Estoy apunto de llorar, pero no se cómo se llora en catalán. Nos tienen acorralados. He oído disparos fuera de la casa. Acerco el ojo a una de las grietas por donde entra el único suspiro de luz solar que mi familia y yo hemos tenido el placer de contemplar en dos semanas. Los milicianos catalanistas tienen a un hombre apresado, creo que es Manolo Escobar. Quién le iba a decir a este pobre hombre que componer el "Qué viva España" le iba a traer tantos problemas...


Mientras sentimos retumbar el suelo a causa de los golpes que los Mossos están propinando a la puerta del desván, nos cogemos de las manos. Hemos sido fuertes, pero primero la crisis económica que dejó al país en quiebra y luego la forzosa toma de poder de los nacionalistas con la colaboración del ya difunto ex-presidente Zapatero, nos ha terminado por vencer.


Solo cabe esperar a que nos capturen y nos encierren en Dachau, donde seremos obligados a realizar trabajos forzosos como levantar una estatua de mármol en honor al ex-presidente de la ex-Generalitat José Montilla o acabar las obras del aún sin estrenar metro de Barcelona, mientras escuchamos de fondo la música de Raimon o Lluís Llach.


Atrás quedaron aquellos tiempos en que uno podía declararse español y solo le llamaban facha. ¡Qué buena época!






1 comentario:

Daniel Terrasa dijo...

Joder, qué bueno!!! El Apocalipsis con barretina!! Un relato de... ¿ficción? No tanto, no tanto.

Por cierto, a mí no me gusta ir en manada a ningún sitio pero el sábado voy a ir por primera vez en mi vida a una mani:

Pincha aquíEso sí, me falta convencer a doña Concepción.

PORQUE LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA