lunes, 23 de marzo de 2009

Una española en Vodafone.




Por circunstancias de la vida o por que son unos putos ladrones, este mes me he visto obligado a llamar en varias ocasiones al Servicio de Atención al Cliente de Vodafone.
Me he peleado con Walters, Jacquelines, Rosauras Marías y Oswaldos, y todos me han insinuado, con sus buenas maneras y su acento alegre, que me jodiese.


Pero hoy, al llamar, me ha atendido una voz gris, sin "cancioncilla", como la de una persona desubicada, fuera de su lugar. ERA UNA ESPAÑOLA!!! Su acento andaluz y su poca predisposición para satisfacer al cliente la delataban.


En realidad no la culpo por ello. La imagino ahí, sola, delante de su ordenador con un toro y una figurita de sevillana encima de la pantalla del ordenador, abriendo su tupper con tortilla de patatas y mirando con ansia el reloj, anhelando esos 45 minutos que se tira merendando, mientras sus compañeros hacen piña bailando cumbia, fumando habanos y contandose que en su país eran psicólogos, futbolistas profesionales o marcianos verdes con poderes sobrehumanos. El ambiente pinta más tenso que el sujetador de Yola Berrocal.

Me alegro por esta chica y por Vodafone, que permite que los españoles nos vayamos integrando en la sociedad a través de empleos de calidad. También quiero agradecerles a los empleados centro y suramericanos de Vodafone que, pese al reparo que da el hecho de que una extranjera entre en tu territorio, se esten adaptando muy bien al cambio y esten siendo tan tolerantes. En cuanto pase el rito de iniciación ya podrá ser una Ñeta a todos los efectos.

En fin, solo espero, por el bien de todos, que la colonia latinoamericana llamada Vodafone trate bien a nuestros emigrantes, que, como ya paso décadas antes, se han visto obligados a trasladarse a tierras desconocidas en busca de trabajo.



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PORQUE LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA