viernes, 19 de marzo de 2010

estonoloarreglanisup***madre.org



Extasiado de ver anuncios televisivos en los que se dejan ver gentes de todas lindes diciendo que hay que arreglar no se qué y que solo lo podemos hacer entre todos me puse a investigar. Andreu Buenafuente, Angels Barceló, Ferràn Adrià, Jordi Évole, Melendi y demás eruditos de posición imparcial manifiestan su apoyo a una web llamada estosololoarreglamosentretodos.org. Y todos os preguntaréis, ¿en qué consiste esta página? Pues yo os lo diré, es un escaparate de humo.


El hecho de que unos cuantos españoles a los que la vida les ha sonreído y que no han tenido que pagar una jodida cuota de préstamo en su vida me digan que lo importante es ser positivo y afrontar los problemas con fuerza me toca bastante lo que viene siendo el perineo. Pero no contentos con eso, nos han colado a un par de empleaduchos de Prisa para simular una especie de revolución social que nos conduzca al estado de bonanza que tanto anhelamos. Por favor, no se rían de la gente...


Estos spots no son más que propaganda barata del sr. Rodriguez. El panfletismo y el compadreo de este nuestro Gobierno y el famoseo chavacanero comienza a apestar a muerto. Y mientras, el señor del frenillo seseante se dedica a dinamitar la poca credibilidad restante en su partido basando sus argumentos en patéticas e inocentes críticas que no ofenderían ni a Winnie The Pooh.


¿Quieren que les diga quien va a arreglar esto? Nadie. Ni unos, ni otros. Ni los de la izquierda, ni los de la derecha. Ni los ricos, ni los currantes. ¿Y por qué? Porque nadie quiere que se arregle. España es un país de porteras, nos encanta quejarnos de todo, adoramos ser las victimas mientras los seculares aristócratas cabrones nos restriegan su gomina por la cara.


Estamos más jodidos que el tabique de John Cobra y pretendemos que Pau Gasol o Carlos Sainz nos ayuden a arreglar el país... pobres ilusos. El destino nos obliga a buscarnos las castañas, y las castañas no se encuentran en España. Pronto veremos a nuestros semejantes emigrando a tierras alemanas o francesas, como antaño, buscando el pan que no se hornea en esta extensa piel de toro llamada, de momento, España.



Esto no lo arregla ni su puta madre.





"Semper fidelis"



...

lunes, 1 de marzo de 2010

La sonrisa perenne


Siempre he tenido una vida fácil. Soy el menor de tres hermanos, los cuales me aventajan en 11 y 15 años de experiencia. Eso quiere decir que prácticamente he sido hijo único.

Mi infancia ha sido muy feliz. Lo tenía todo. Hasta unos kilos de más. La totalidad de mis caprichos fue colmada por parte de mis padres. Nunca me enfrenté a la realidad porque la vida en el regazo paterno era demasiado confortable y cálida para arriesgarme a salir a la fría y cruda realidad. La vida entre algodones era genial, pero, aunque Don Limpio nos diga lo contrario, el algodón a veces sí engaña.

Niño modélico, de carácter afable e inteligencia desbordante. Amigo de todos y enemigo de ninguno. Expediente ejemplar sin mancha alguna. Futuro esperanzador, madurez señorial y vejez cómoda. Todos esperaban mucho de mí.

Debo reconocer que las cosas no me han ido mal en la vida. Aún así, desconozco el motivo que me conduce a no sentirme del todo realizado con lo que he conseguido hasta hoy. Sé que soy muy joven y que el destino me depara más cambios que al rostro de Cher, pero no puedo evitar sentir que, a día de hoy, he fracasado.

"Currito" cualquiera, madrugador resignado y futuro hipotecado, me encuentro con un mañana que no me acaba de gustar en su totalidad. La vida no se suponía así para el gran Carlos, del que todos pensaban que alcanzaría lo que se propusiese.

Nunca tuve ningún problema gordo en mi vida, por eso creo que esta situación me está afectando tanto. Probablemente la incapacidad que sufro para exteriorizar mis problemas actúe como agravante de los mismos. Con mi sonrisa perenne hago creer a la gente que todo va bien y que no tengo preocupaciones. No necesito compasión, no busco lástima, ni siquiera busco empatía. A nadie le interesan mis conflictos y por eso no los exteriorizo.

Sin embargo, soy consciente que estoy a tiempo de cambiar esta situación. De dar un giro drástico a mi vida y hacerla menos lamentable y monótona. De intentar, también, que las cosas me afecten menos. De endurecer mi caparazón para que me duelan menos los palos que yo mismo me propino.

Mientras tanto, como dirían Tequila: "salgo de casa con la sonrisa puesta".



"Semper fidelis"



...
PORQUE LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA