jueves, 3 de junio de 2010

Mi nuevo vecino, el hijo del diablo...


Este fin de semana he madrugado... los dos días... Los que me conocéis sabéis de buena tinta que yo soy de los que duerme hasta que le sangran los párpados, y que, pese a que mi vecina hace continuos solos de batería con sus típicos trasiegos de muebles que alcanzan un número de decibelios nunca antes registrado, tengo un sueño tan profundo que mi familia ha llegado a dudar de si padezco narcolepsia.

Sin embargo este sábado conocí a mi némesis... el único individuo que ha perturbado mi sueño... mi personal Jimmy Jump... y apenas tiene 4 años...

Hace pocos días un joven matrimonio y su niño se mudaron al piso del otro lado de mi calle, con tan mala suerte que su balcón da justo a la ventana de mi dormitorio. Bien, para que me entendáis son de aquellos que piensan: "Si el niño llora, que llore hasta que reviente"... y así vamos, el niño estuvo llorando el sábado y el domingo desde las 7 de la mañana hasta que perdió el conocimiento (supongo), sólo en el balcón y a pleno sol.

Mi reloj morféico va atrasado. Me faltan horas de sueño. Voy dormitando por las esquinas. Mis ojos, hinchados y de un color más rojizo que la cuenta bancaria de un ateniense, me delatan. Y en el trabajo estoy más ausente que el hueso del tabique de Belén Esteban.

Quién lo iba a decir... un niño ha podido conmigo... ¿será eso un presagio del fin del mundo?... Damian, el hijo del diablo se ha mudado a mi barrio... por si no había suficiente chusma...



"Semper fidelis"



...

1 comentario:

Krugerrand dijo...

Si cae en sus manos algún billete manuscrito, le agradecería que me lo hiciera llegar (en foto claro), ya que estoy preparando una nueva entrada al respecto.

goldkrugerrand@yahoo.es

Saludos, y mi pésame por lo del niño diabólico.

PORQUE LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA