lunes, 5 de octubre de 2009

Cataluña, la tierra prometida...



Cuando todos creíamos que el Nazionalismo catalán había llegado a alcanzar la conocida como "estupidez supina", la Diputación de Barcelona, con la ayuda de los órganos de gobierno baleares y aragoneses, nos sorprende con una nueva patochada que nada tiene que envidiar a las hazañas de nuestro amigo Laporta, ese aspirante a President que se oculta entre franjas blaugranas.


Los integrantes de dicha diputación, en un alarde de provocación aliñado con una tarde de domingo aburrida, han confeccionado un calendario escolar donde se califica a Catalunya, esa maravillosa región ESPAÑOLA, como "un país mediterráneo situado al nordeste de la península ibérica".


El ya famoso almanaque se ha distribuido a diestro y siniestro por gran parte del levante español y la región italiana de Chieti, que seguramente tenía gran inquietud por saber de este nuevo país.


Usando como paraguas excusatorio el tratado por la Sostenibilidad firmado por los países miembros de la Unión Europea en Aalborg, Dinamarca (y repito, firmado por los países miembros de la UE, en la que Catalunya no consta como país), esta buena gente ha despilfarrado 280.000 euros en pura y dura propaganda independentista que se ha distribuido por los colegios con el clarísimo objetivo de impulsar los valores medioambientales.


¡Y una mierda! Yo les voy a contar lo que han hecho estos malnacidos: han cogido el poco dinero de mis impuestos que no ha ido dirigido a construir jodidos carriles bici por toda la agujereada isla de Mallorca y lo han destinado en malgastar papel para crear un panfleto nazionalista camuflado de mensaje de concienciación medioambiental que ha sido repartido a discreción en la mayoría de los colegios de la isla, donde los chavales de hoy en día lo usarán, como mucho, para liarse los porros que se fuman en los patios.


Señores políticos catalanistas, paren de llenarnos la cabeza de tonterías y, sobre todo, paren de vaciarnos los bolsillos de dinero...


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